Conan, la Leyenda (según Dark Horse)

Conan cabalga de nuevo. Como los viejos héroes de las películas de Leone, el musculoso cimmerio resurge de sus cenizas para ser protagonista de una nueva serie mensual abierta amparada bajo el sello Dark Horse.
Lo cierto es que el emblemático hijo pródigo de Robert E. Howard llevaba varios años dormido en el limbo de los personajes sin cabecera propia, desde que tanto Marvel como Panini cerraron las colecciones protagonizadas por este. Sin embargo, la posibilidad de que otra editorial se hiciera con los derechos del personaje seguía en el aire, tal y como demostró el fallido pero estimulante proyecto de Cross Plain Comics.
Finalmente, ha sido Dark Horse la que se ha llevado el gato al agua, y además de reeditar el Conan de Marvel en una nueva colección de Trade Paperbacks a todo color, ha resucitado al salvaje norteño de la mano de un más que interesante equipo creativo, como es el formado por el guionista Kurt Busiek (y más recientemente, el artista Timothy Truman) y el dibujante Cary Nord, más la colaboración en las portadas del artista independiente Joe Linsner.
La elección de Busiek no es casual, ni puede ser más acertada. Para todos los que crecimos leyendo el Conan de Roy Thomas, Busiek es su sucesor natural. Como Thomas, ha demostrado siempre un sólido conocimiento del universo Marvel y un gran talento a la hora de sumergirse en personajes ajenos y rescatar su esencia, amén de ser un narrador nato, con una notable habilidad a la hora de escribir historias sencillas pero de gran tirón comercial por su acertado equilibrio entre espíritu retro y modernidad. Busiek sería algo así como el Bradbury del comic: el típico autor que, salvo Marvels (su obra maestra hasta la fecha) rara vez levanta pasiones, pero que nunca defrauda. Truman por su parte ofrece una visión más épica y salvaje del tosco cimerio centrándose sobre todo en su etapa postrera como rey de Aquilonia.
En cuanto a Nord, este aporta su particular visión del personaje con un estilo gráfico muy diferente del que nos tiene acostumbrados, ahora más pictórico y agresivo, pero muy adecuado al espíritu de las historia, que básicamente consiste en contarnos, desde el principio y en riguroso orden cronológico, la vida y aventuras de Conan el bárbaro. Un momento, pensarán algunos lectores. ¿Pero eso no lo habían hecho ya Thomas, Smith, Buscema y Kanyian? Pues si, pero no. Busiek intenta dar un nuevo enfoque a las historias del personaje, más realista y cercano al espíritu original de Howard que el Conan de Thomas, del que hasta los más firmes defensores reconocen se aparta sensiblemente de su alter ego literario. Así, en los 36 números aparecidos hasta la fecha los autores nos ofrecen su personal visión de la infancia y juventud de Conan; el asalto a Venarium; adaptaciones de relatos de Howard como La hija del gigante helado o Las legiones de los muertos, y poco a poco van llevando al personaje camino del mundo civilizado y de su particular destino: ser rey del imperio más poderoso de la Era Hyborea. Señalar que también han aparecido varios especiales fuera de colección, como el one-shot Conan and the daughters of Midora, firmado por Jimmi Palmiotti y Mark Texeira o las miniseries Conan and the demons of Khitai, Conan and the jewels of Gwahlur (esta última soberbiamente dibujada por el gran P. Craig Russell) y The Book of Thoth, en la que Busiek, Len Wein y Kelley Jones nos ofrecen por fin la biografía no autorizada del infame Thoth Amón. Planeta, por su parte, se ha apresurado a editar la versión española de estas nuevas aventuras de Conan que ha alcanzado ya el número 18, más una edición en tapa dura de Las joyas de Gwahlur. (Por cierto que la editorial norteamericana DE ha relanzado asimismo a la pelirroja espadachina Red Sonja, pero al tratarse de casas distintas no parece que vaya a haber un nuevo cross-over entre ambos personajes de Howard, aunque nunca se sabe…).
Visto lo visto, ¿merece la pena esta nueva encarnación del personaje? El que esto suscribe cree firmemente que si, primero porque las comparaciones son odiosas; el Conan de Thomas siempre estará ahí para disfrutarlo, lo que no debería impedir que otros autores puedan aproximarse al mito con respeto y, en ese sentido, Busiek y Nord hacen un trabajo más que correcto. Y en segundo lugar, porque son preferibles historias de Conan meramente correctas que ninguna en absoluto.
Nota del Autor: Este texto apareció originalmente como reseña en el número 29 de la revista Dentro de la Viñeta. Para colgarlo en este blog lo he reescrito, actualizado, y añadido nuevos párrafos que no estaban en la redacción original. No obstante, si alguien se queda con el gusanillo de comparar ambas versiones, le animo a que lo haga. La revista merece la pena por muchas más cosas que mis modestas contribuciones.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Un excelente post, como es habitual en el Sr. Caveda. Solo quisiera matizar que, en mi opinión, la gran obra de Busiek no es Marvels si no Astro City y que cualquiera que se acerque al Dentro de la Viñeta podrá comprobar que el anteriormente mencionado Sr. Caveda es uno de los mejores articulistas que hay en este país. Saludos, jose manuel.

PD.- Ya estaba cansado de tanta filosofía oriental, por fin has vuelto de hablar de los realmente importante en esta vida, tebeos con tías tetonas y grandes derramamientos de sangre.
Alejandro Caveda ha dicho que…
Joder, que mal andamos. Y luego intentamos romper con la imagen estereotipada del friki ;o))

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