Diario de Carcosa /09


Entrada #33 (20/05/2017)

Imposible conseguir un ejemplar del número especial de diciembre de la revista Fever Dreams. En realidad, la revista era un fanzine publicada por un grupo de admiradores de Lovecraft y su obra, la cual tenía una tirada muy limitada e iba dirigida, sobre todo, a los suscriptores. Lo más que he conseguido es una versión mutilada en PDF a través de Internet, donde además de la publicidad de la época, faltan páginas enteras. He intentado averiguar qué es lo que falta a través del índice, pero esa es precisamente otra de las páginas que han omitido. La mayoría de las ausencias parecen tener que ver con Bierce, Chambers y el Rey de Amarillo, o mejor dicho, con la naturaleza de Carcosa antes de pasar por el filtro de los Mitos de Cthulhu.
Hay una puerta que no he probado. Entre los papeles de Marten está la dirección de un portal de Internet llamado El club Carcosa, posiblemente una comunidad de fans que han tomado el nombre del antiguo local para su página web a modo de homenaje. Tal vez ellos puedan conseguirme una copia completa de la revista, o al menos, conseguirme una reproducción de las partes que le faltan a la mía.

Mal comienzo. La página de Bienvenida del portal es un fondo negro sobre el cual unas letras en color rojo y gótica cursiva anuncian:
"Bienvenidos al club social Carcosa".
Sin embargo, no hay forma de ir más allá, no como visitante, a menos que tengas una contraseña o clave de usuario y la página no ofrece ninguna pista de cómo conseguir cualquiera de ellas. Únicamente arriba y a la derecha aparece un enlace de "Contacto", que remite a un formulario donde debes dejar tu mensaje, así como tus datos personales y una dirección de correo electrónico válida.
Pasé la siguiente media hora creando una identidad digital falsa para contactar con quién estuviese al otro lado de la página. Finalmente me decanté por Lara Weston, estudiante de 21 años, con una cuenta de correos nada sospechosa en GMX. Tras escribir en el recuadro de contacto que había oído hablar del club y que me gustaría saber más de sus normas e intereses, le di al botón de Enviar, confirmé el envío, y me dispuse a esperar pacientemente la respuesta.
Hace varios días que no paso por la oficina, ni contesto al teléfono. Me pregunto qué pensarán mis antiguos compañeros, si ya me dan por desaparecida, al igual que Marten, o simplemente no se han dado cuenta de mi ausencia. Después de todo, en un planeta de casi 7.000 millones de almas, ¿qué supone una persona, más o menos?

(Continuará)
 
© Alejandro Caveda (Todos los derechos reservados).
Este relato ha sido registrado en Safe Creative (Registro de la propiedad intelectual) de forma previa a su publicación en el Zoco.

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